En medio de las bombas , los voluntarios de la Fundación Juntos por la Vida han llevado alegría, colores y sonrisas a los niños y niñas que viven en aldeas y pueblos de la zona de Donbass, la más afectada de Ucrania por la invasión rusa, y que más está sufriendo los horrores de la guerra.

Las marionetas han cobrado vida ante los ojos de sorpresa de los pequeños que miraban y escuchaban con atención las historias que contaban, con la ayuda de los voluntarios, que con sus voces y movimientos han hecho olvidar por un rato el sonido y la imagen de la guerra.

Y todo ello mientras sonaban los misiles que estaban cayendo cerca.

Ha sido en Zariagne, un pueblo que estuvo ocupado por el ejército ruso y ahora están los soldados ucranianos luchando contra ellos, y que están a 200 metros de allí, por eso el sonido de las bombas es contínuo.

Son pocos los niños y niñas que viven en en ese pueblo que es grande; la guerra lo ha «vaciado» .Pero los pequeños han vivido una jornada muy especial que les ha hecho sonreir y olvidar la tristeza por un día.