Varios voluntarios de Juntos por la vida están recorriendo algunas de las zonas devastadas y bombardeadas de Ucrania para conocer la realidad y necesidades de la población, y preparar acciones de ayuda y de cara a la reconstrucción. Mucha gente quiere volver a sus casas , y otros no quieren abandonarlas, aunque la ong considera que siguen siendo lugares peligrosos y recomienda que se desplacen a otras zonas y alojamientos mas seguros. » Aún los que lo han perdido todo, no quieren dejar a sus gentes, sus casas, sus animales, a sus hombres. Algunos que se marcharon comienzan a regresar. En sus pueblos se sienten seguros y tiene esperanza de volver a reconstruir sus vidas .

A pesar de la guerra y la destrucción, tienen fuerza para ello», afirma Clara Arnal presidenta de Juntos por la Vida. Desde el inicio de la invasión rusa la ong valenciana está en la frontera con Polonia ayudando a refugiados y ahora se han adentrado en pueblos, aldeas y ciudades de la Ucrania destruida por la barbarie.

Son lugares donde la Fundación conoce a muchas de las familias que viven allí, como Irpen , Bucha, o Sukachi, en los que Juntos por la Vida lleva trabajando desde hace 25 años en los programas humanitarios durante los veranos con menores ucranianos, que han estado llegando a la Comunidad valenciana acogidos por familias. Niños y niñas de las zonas afectadas por la catástrofe nuclear de Chernobil y también desde hace unos años de la zona de Donbass donde comenzó la guerra.

VIVIR CON UNA BOMBA BAJO LA CASA

En su viaje están conociendo muchas historias dramáticas ,como la de la familia de Raia en una aldea de Chernobil que vieron como una bomba entraba por el techo de su casa, y mataba a su marido y otro familiar que estaban dentro. Ahora están reconstruyendo con plásticos y maderas la casa que contiene en el suelo una bomba sin explotar , con la que tienen que «convivir» , pero les dicen que nos se puede desactivar.

En el pueblo se pueden ver en campos y calles, muchas de esas bombas sin detonar, con el peligro que eso supone para sus vecinos. En este y otros pueblos, la mayoría de familias se han quedado sin casa por los bombardeos.

https://youtu.be/KV3yKHyboeA

En Irpen el 70 por ciento de los edificios han sido destruidos, las tiendas y comercios que aún permanecen en pie están cerradas, no hay vida en esta ciudad porque la mayoría de las personas han huido del horror, Hay minas que no han sido identificadas. Los militares y policía están tratando de identificar y desactivarlas .

También en las aldeas de Ivankiv se han destruido mas de la mitad de las casas. En una de ellas el 25 de febrero entraron los rusos y explotó una bomba causando un agujero de 3 metros en el suelo. Masha trabajaba en la cocina de un restaurante, y su marido en Chernobil, pero ahora no tienen trabajo. Además los niveles de contaminación han subido. Esta es una zona muy deprimida y muchas familias se han quedado sin empleo ni medios. Aun así sus vecinos tienen fuerza para repartir ayuda humanitaria y seguir trabajando para reconstruir sus vidas. En la visita de los voluntarios a su casa, antes de despedirles Masha les mostró el sótano donde 10 personas estuvieron escondidos durante un mes, y lloraba al recordar las condiciones infrahumanas en que vivieron y el miedo que pasaron.

BUNKER Y SÓTANOS

La misma situación han vivido al conocer mas sótanos en otras ciudades donde han estado muchas de las familias que juntos por la vida conoce desde hace años. Al visitarlos con algunas de esas personas, se han producido momentos de tristeza, rabia y sufrimiento al recordar esos días, y mirar el futuro aún poco esperanzador. Uno de los mas impactantes fue un bunker acorazado, el mas seguro de la región de kiev, donde unas 500 personas se escondían. «Creían que estarían protegidos, pero dos días después, entraron los rusos, rompieron las dos puertas blindadas, y causaron una de las mayores masacres», En el lugar quedan muchos restos de basuras, alcohol, comida y excrementos de los rusos.

AYUDA HUMANITARIA

Los voluntarios de Juntos por la Vida han repartido ayuda humanitaria enviada desde Valencia a un hospital en Striy, y aldeas rurales de Ivankiv , alejadas y de difícil acceso, con carreteras cortadas, y donde no llega ningún tipo de ayuda. Han conocido la situación de precariedad que vive un orfanato con 170 niños y niñas entre 7 y 20 años, evacuados desde Donbass , donde también han llevado ayuda humanitaria y seguirán llevando porque no tienen nada y no les llega nada.

Los niños y las mujeres, son las principales víctimas de esta guerra .Muchos niños que se quedan en las ciudades juegan sin tener conciencia del peligro frente a las barricadas. «Ningún niño o niña del mundo se merece estar jugando en estas condiciones» afirma Clara Arnal, junto a un grupo de pequeños que se divierten frente a una de esas barricadas de guerra.

En su recorrido por la ucrania devastada, los voluntarios de Juntos por la Vida, ha visto bosques quemados, carreteras y puentes rotos, tanques abandonados en el campo, y edificios negros y destruidos en ciudades fantasma, que antes habían conocido con vida.

En un video desde la ciudad de Irpen delante de los edificios bombardeados, Clara Arnal, presidenta de Juntos por la Vida, recuerda cómo la Fundación conoció esa ciudad hace 22 años. Han comprobado como la ciudad prosperaba y miraba a Europa, y se convertía en una ciudad moderna. Muchas parejas jóvenes llegaban a iniciar sus vidas.» Una ciudad que ha acogido a miles de desplazados internos que perdieron sus casas en la zona de oeste, y han visto aquí su segundo hogar. Y ahora ven de nuevo sus casas destrozadas, barrios enteros, vidas destruidas por esta guerra incompresible. Pero nosotros hemos venido a comprobarlo. para ver a la gente que queremos, darle nuestro apoyo, A los que están aquí, y a los que se han desplazado a otros lugares como España, no les vamos a dejar, llevamos mas de 25 años, con ellos con nuestros queridos amigos de Irpen y de Bucha, y seguiremos acompañando en este camino hacia la libertad y hacia la reconstrucción»

https://youtu.be/wfV3fUKOuNg

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La Fundación Juntos por la Vida fue la primera ONGD española con presencia en la frontera de Polonia y Ucrania desde el principio de la invasión rusa, en Przemysl. Allí un equipo de voluntarios colabora en la evacuación de refugiados, les atienden, y organizan su traslado en autobús, además de coordinar la ayuda humanitaria. También ayudan a los desplazados que deciden quedarse en la frontera, por eso recientemente ha puesto en marcha cerca de la frontera un centro de acogimiento y alojamiento transitorio seguro para unas 50 madres ucranianas con sus hijos, un «hotel para madres» Otro equipo de voluntarios en Valencia (donde tiene la sede la ong) y Alicante, organiza la recepción y alojamiento de los que llegan, en la mayoría de los casos acogidos por familias.

En su campaña de emergencia, Juntos por la Vida ha organizado y facilitado hasta ahora el traslado a España casi a 2.000 personas, especialmente mujeres, y niños y niñas, de los que unas 1.300 han llegado a la Comunitat Valenciana.

Juntos por la vida recibe donaciones en nuestra web www.juntosporlavida.org para sufragar los gastos del operativo.