340 alumnos desde 3 a 18 años asisten a la escuela cada día en esta zona rural del sudoeste de Benin.

Cuando la presidenta de la fundación conoció a Mr. Noel, en 2019, la escuelita rural estaba a punto de cerrar. Había sido el sueño de un habitante de una aldea, con un alto índice de analfabetismo. Construir un lugar donde los niños y niñas pudiesen aprender. El fundador destinó todos sus ahorros como conductor de camión a este proyecto. Sin embargo, en 2019, le resultaba muy complicado pagar las nóminas de los profesores. Las familias rurales no podían costear los costes y era mucho más rentable para ellos que sus hijos trabajasen en el campo para poder llevarse un plato de comida a la boca



Otro gran problema era la falta de agua en la escuela. El pozo estaba contaminado y los pocos alumnos que había no podían beber agua en los calurosos días africanos.
Este fue el primer objetivo. Construir un chateau d’eau para que todos, alumnos y profesores, pudiesen pasar sus días con dignidad. Fue el principio del «rescate» de la escuela. Con la aportación económica de los padrinos, madrinas, y otros fondos propios obtenidos en Espai Solidaria, la escuela, no solo ha cerrado, sino que ha triplicado el número de alumnos.
El grupo de voluntariado internacional y los viajeros solidarios tienen la oportunidad de visitar la escuela en sus viajes. Los alumnos siempre los reciben con cantos, emociones compartidas y mucha gratitud.